“La meditación nos lleva al subconsciente, más allá de la mente analítica.” – Joe Dispenza

El cerebro tiene una naturaleza electro-química. Cuando las células nerviosas se activan, se intercambian cargas eléctricas que generan campos electromagnéticos. Esta actividad al medirse mediante electroencefalogramas, nos proporciona una información importante sobre lo que estamos pensando, sintiendo, aprendiendo, soñando o creando, y de cómo procesamos esa información.

Las investigaciones han descubierto una gran variedad de ondas cerebrales que abarcan desde los bajos niveles de actividad registrados en el sueño profundo de las ondas delta, el estado crepuscular entre el sueño profundo y el estado de vigilia de las ondas zeta, el estado imaginativo y creativo de las ondas alfa, las frecuencias de los pensamientos conscientes de las ondas beta, hasta llegar a las frecuencias más altas de las ondas gama para los estados elevados de conciencia.

Conforme crecemos las frecuencias predominantes en el cerebro progresan de delta a zeta, luego a alfa y después a beta. Nuestra tarea en la meditación es revertir el proceso, pasar de beta a alfa, luego a zeta y si eres experto llegar a delta.

Ondas Delta

Desde el nacimiento hasta los 2 años de edad el cerebro humano funciona con ondas electromagnéticas de menor frecuencia, de 0,5 a 4 ciclos por segundo. Cuando los niños de 1 año están despiertos, se encuentran la mayor parte del tiempo en delta, porque funcionan sobre todo desde el subconsciente (apenas corrigen, censuran o juzgan la información recibida del mundo exterior).

Para los adultos estas ondas representan el sueño profundo.

Ondas Zeta

De los 2 a los 5 o 6 años las frecuencias de onda aumentan hasta los 4-8 ciclos por segundo. Los niños que funcionan en zeta viven en un estado similar al del trance y están conectados sobre todo a su mundo interior. Viven en el reino de lo abstracto y de la imaginación y muestran pocos matices del pensamiento crítico y racional. Cuando les decimos alguna cosa debemos de saber que dichas afirmaciones irán directamente al subconsciente, la morada de las ondas cerebrales lentas.

En los adultos estas ondas surgen en el estado crepuscular o en el estado de lucidez donde estamos medio despiertos medio dormidos. Es el estado en que un hipnoterapeuta puede acceder al subconsciente. Estando en zeta es cuando más programables somos ya que no hay ningún velo entre la mente consciente y la subconsciente.

Ondas Alfa

De los 5 a los 8 años las ondas cerebrales cambian a una frecuencia de 8 a 13 ciclos por segundo. En esta etapa empieza a formarse la mente analítica, que permite interpretar y extraer conclusiones sobre las leyes de la vida exterior. El mundo interior de la imaginación es tan real como el mundo exterior de la realidad, teniendo por tanto un pie en cada mundo.

En los adultos las ondas alfa se producen al reducir la información del entorno. Cuando uno se relaja y observa su mundo interior y tiende a pensar y analizar menos, las ondas cerebrales se vuelven más lentas.

Ondas Beta

De los 8 a los 12 años y en adelante la actividad cerebral aumenta siendo los 13 hercios o ciclos por segundo el mínimo de ondas beta. Estas ondas perduran en la madurez y aumentan en diversos grados. Representan el pensamiento analítico. Después de los 12 años la puerta entre la mente consciente y la subconsciente suele cerrarse. Las ondas beta se dividen en bajas, medias y altas. Durante la adolescencia se pasa de ondas beta de rango bajo a las de rango medio y alto.

En los adultos es el estado habitual de vigilia. El cerebro procesa la información sensorial e intenta crear el significado entre el mundo exterior y el interior.

  • Beta Baja – Se encuentra entre los 13 y los 15 ciclos por segundo, y se produce en un estado de atención relajada e interesada. Un ejemplo sería al leer un libro.

  • Beta Media – Funciona entre los 16 y los 22 ciclos por segundo. Se genera cuando se está concentrado en un continuo estímulo exterior. Refleja el pensamiento consciente o racional y un estado de alerta. Un ejemplo sería la condición en que nos hallamos al hacer un examen.

  • Beta Alta – Tiene un patrón de ondas cerebrales de 22 a 50 ciclos por segundo. Es el patrón de ondas cerebrales más reactivo, inestable e irregular de todos. Se observan en situaciones estresantes, momentos en los que se producen en el cuerpo las peligrosas sustancias químicas del estado de supervivencia. El cerebro está funcionando con demasiada concentración y cuesta dejar lo que haces. No confundir con la clase de atención que se da al aprender, crear, soñar o resolver un problema. La ansiedad, la preocupación, la ira, el dolor, el sufrimiento, la frustración o el miedo producen este tipo de ondas que predominan durante las crisis. Mantener este estado durante mucho tiempo puede hacernos perder el equilibrio por la gran cantidad de energía que gastamos, afectando al cerebro. Por desgracia la mayoría de las personas funcionan en beta alta la mayor parte del tiempo. La continuidad de estas ondas nos dispersa haciendo que nos cueste mirar en nuestro interior.

Ondas Gama

Son las ondas de mayor frecuencia, de 40 a 100 hercios. Están más comprimidas y son de mayor amplitud comparadas con las otras, así que aunque en ciclos por segundo se parecen a las ondas beta altas, no existe una correlación exacta entre ellas.

Una gran actividad gama coherente se asocia con estados mentales elevados como la felicidad o la compasión, por ejemplo. Es un nivel de conciencia que se describe como experiencia trascendente o cumbre.

Al pasar a un estado de ondas cerebrales más lentas, nos sumergimos más en el mundo interior del subconsciente y cuando pasamos a ondas cerebrales más altas nos volvemos y nos centramos más en el mundo exterior.

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